El portavoz y secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Juan Antonio Martínez Camino, ha asegurado que es "legítimo" impedir la fecundación cuando una mujer ha sido violada, aunque "en ningún caso abortar", por tanto, no estarían en contra del uso de la llamada píldora del día siguiente si esta no tuviera efecto abortivo, pero niegan que exista una pastilla así.
Los obispos alemanes, sin embargo, han reconocido que cuyo uso puede ser preservativo, no abortivo, y concluyeron que las víctimas de una violación tenga acceso a ellos.
Pero Camino insiste en que hasta ahora todos los fármacos existentes tienen efecto abortivo y se estaría quitando la vida a un ser humano. Pero dejan una ventana abierta:
Si hubiera una píldora que no fuese abortiva, estaríamos en un caso distinto, pero ese caso a nosotros no nos consta. Consideran, que la violación no es un acto conyugal, sino un acto de injusticia y de violencia, por tanto, para los obispos, impedir la fecundación sería "legítimo" porque se trataría de legitimar la defensa contra esa agresión. Pero nunca abortar, porque sería quitar la vida a un ser humano inocente.
El problema para la Iglesia española, es, como en muchos de estos casos, de consideración científica. ¿Impiden estas pastillas la fecundación o evitan que progrese el óvulo una vez fecundado?
En mi opinión no me parece lógica esta postura que tiene la iglesia alemana porque una mujer después de una violación se siente desecha y puede traerla graves problemas físicos y psicológicos, y en el caso de que se haya quedado embarazada después de una violación esa mujer tiene todo el derecho a interrumpir la fecundación ya que se trata de un embarazo no deseado y sobre todo procedente de su agresor.
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